Nació en Campi Bisenzio (Italia), en la entonces aldea de San Martino, hijo de Gaetano, un comerciante de aves de corral y Rosa Bigagli, el 2 de marzo de 1846.
A la edad de tres años perdió a su padre. Este acontecimiento marcó profundamente la vida de la familia, así como el carácter de la pequeña Teresa, que será fuerte y obstinado, a la vez que abierto y generoso. Fortaleza en la prueba, experiencia de pobreza, de abandono a la Providencia, sentido de sacrificio... estas son las actitudes que Teresa aprendió desde muy joven, sobre todo gracias al ejemplo y la educación de su madre, una mujer fuerte y de fe profunda.
Tras una adolescencia desenvuelta y vivaz, transgresora incluso en la forma de vestir y mostrarse, a los 19 años intuyó, irresistible, la llamada de Dios y decidió seguir el ejemplo de Teresa de Ávila, que se le aparecería en una visión.
En 1874 inició su primera convivencia religiosa con dos amigas en el llamado 'Conventino', una pequeña casa bajo el terraplén del rio Bisenzio y poco después se inscribieron en la “Orden Tercera Teresiana”. En este período la joven monja pudo contar con la ayuda y el consejo de Don Ernesto Jacopozzi, capellán de la iglesia de San Martino, quien la acompañó hasta su prematura muerte (1894).
Teresa decidió al mismo tiempo no dedicarse exclusivamente a una vida contemplativa o ascética, sino abrir al mundo su naciente orden, “Hermanas Carmelitas de Santa Teresa”, desarrollando así una notable labor asistencial, en particular dirigida a la formación de las mujeres jóvenes, al cuidado de las niñas abandonadas y a la acción misionera. El éxito de la Orden y su rápida expansión, primero en Toscana y luego en el resto de Italia, hizo necesaria una nueva sede y en pocos años se construyó el nuevo Convento con una iglesia anexa (1887) también en San Martino. El 12 de julio de 1888, Teresa y sus compañeras vistieron el hábito carmelitano.
En 1904 la Orden recibió la aprobación de San Pío X (Giuseppe Melchiorre Sarto, 1903-1914) y, también en esos años, se abrieron las primeras sedes en el extranjero, en Siria y Palestina.
En 1908 la Madre Teresa María de la Cruz contrajo una enfermedad incurable que la llevó a la muerte el 23 de abril de 1910.
La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 19 de octubre de 1986.

