Son las dieciséis Carmelitas Descalzas del monasterio de la Encarnación de Compiègne (Francia). Tan pronto como la Revolución Francesa degeneró en terror, se ofrecieron a Dios como víctimas de expiación para implorar la paz para la Iglesia y su país.

Detenidas y encadenadas el 24 de junio de 1794, tuvieron la fuerza de comunicar también a los demás su alegría y su fe. Condenadas a muerte por su fidelidad a la Iglesia y a la vida consagrada y por su devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, fueron guillotinadas en París el 17 de julio de 1794, mientras cantaban himnos y después de haber renovado sus votos en manos de la priora, Teresa de San Agustín.

El decreto sobre el martirio fue promulgado el 24 de junio de 1905. La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 27 de mayo de 1906.

La celebrazione delle SS. Teresa di S. Agostino e compagne, vergini e martiri di Compiègne viene elevata al grado di Memoria obbligatoria.”

Decreto

Nació en Fontiveros cerca de Ávila, un pueblo de Castilla la Vieja, en España, en 1542. El padre, Gonzalo de Yepes, fue echado de su casa y desheredado por casarse con una pobre tejedora de seda, Catalina Álvarez. Habiendo perdido a su padre a una edad temprana, se vio obligado a mudarse de ciudad en ciudad con su trabajadora y laboriosa madre para poder sobrevivir, teniendo que estudiar y trabajar en lugares siempre diferentes.

En el período comprendido entre 1551 y 1559 tuvo una formación cultural y artesanal en el "Colegio de los doctrinos" de Medina del Campo (hoy provincia de Valladolid), adonde se había mudado con su madre. Posteriormente fue carpintero, sastre, pintor y tallador; luego acólito en la Iglesia de la Magdalena, auxiliar de enfermería en el Hospital de la Concepción.

En 1563 ingresó en la Orden Carmelitana. Entre 1564 y 1568 completó sus estudios teológicos y filosóficos en la Universidad de Salamanca. En 1567 fue ordenado sacerdote.

En octubre 1567, conoció a Teresa de Ávila que estaba realizando una reforma del Carmelo. El 9 de agosto de 1568, tras numerosas conversaciones con Teresa de Ávila, partió hacia Valladolid. Ahí permaneció hasta octubre, informándose en detalle sobre la nueva vida reformada; a principios de octubre se trasladó a Duruelo (Segovia), donde convirtió una alquería en el primer convento de Carmelitas Descalzos. El 28 de noviembre, primer domingo de Adviento, inauguró allí la vida reformada; tomó entonces el nombre de Juan de la Cruz.

Entre 1572 y 1577, fue guía espiritual en el monasterio de la Encarnación de Ávila. El 2 de diciembre de 1577, fue encarcelado en la prisión del convento de los Carmelitas Calzados de Toledo. Estuvo encerrado por más de ocho meses, sometido a maltratos físicos, psicológicos y espirituales, encontrando la inspiración para componer algunos de sus más conocidos poemas místicos. Finalmente logró escapar el 17 de agosto de 1578.

En 1591 fue relevado de sus cargos en la orden. Enfermo, el 28 de septiembre marchó a Úbeda (Jaén), donde pasó los últimos meses de su vida. Ahí murió en la medianoche entre el viernes 13 y el sábado 14 de diciembre de 1591 a la edad de 49 años. Desde 1593 sus restos incorruptos descansan en Segovia.

La ceremonia de beatificación se llevó a cabo en 1675. La solemne ceremonia de canonización el 27 de diciembre de 1726. En 1926 se le concedió el título de "Doctor de la Iglesia".

Nació en Abellin (Nazaret) el 5 de enero de 1846 en el seno de una familia greco-católica. Fue bautizada con el nombre de Mariam. Huérfana a la edad de dos años, fue adoptada por su tío con quien, en 1854, se fue a Alejandría en Egipto. A los doce años, sin que ella lo supiera, fue comprometida en matrimonio. Se cortó el cabello para cancelar la boda, lo que provocó la ira de sus tíos, quienes la confinaron con los sirvientes. A un antiguo sirviente que, al enterarse de la opresión que sufría por parte de sus familiares, la invitó a rechazar su fe, inmediatamente le contestó: "Soy hija de la Iglesia Católica, Apostólica, Romana". La reacción fue un golpe de cimitarra en la garganta. Luego, envuelta exánime en una sábana, fue abandonada en la calle. Amaneció en una cueva, asistida por una monja vestida de azul -Miriam dijo que era la Virgen- que profetizó su futuro. Curada, deambuló trece años como sirvienta por Alejandría, Jerusalén y Beirut.

En 1863 se trasladó con la familia Naggiar a Marsella, donde sintió la llamada a la vida consagrada. En 1865 ingresó en las Hermanas de San José de la Aparición, que sin embargo no la admitieron a la profesión, asustadas por los fenómenos extraordinarios que Mariam consideraba una enfermedad: los arrebatos, las visiones y, a partir del 29 de marzo de 1867, los estigmas. El 14 de junio de 1867 ingresó en el Carmelo de Pau donde el 27 de julio vistió el hábito con el nombre de María de Jesús Crucificado. En 1870 partió hacia Mangalore para la fundación de un monasterio, pero dos años más tarde volvió a Pau por incomprensiones que, junto a una dolorosa infestación diabólica, constituyeron su gran purificación.

En 1872 Sor María confió a sus superiores que el Señor quería un Carmelo en Belén: llegó allí el 11 de septiembre de 1875 con la generosa colaboración de Berta Dartigaux. Arquitecta y directora de las obras, el 22 de agosto de 1878 cae al suelo fracturándose el brazo que se gangrena. El 26 de agosto murió santamente.

La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 13 de noviembre de 1983. La solemne ceremonia de canonización el 17 de mayo de 2015.

María Maravillas de Jesús, María Maravillas Pidal y Chico de Guzmán en el siglo, nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891. Desde pequeña quiso consagrarse a Dios y dedicó su juventud a ayudar a los más necesitados.

Atraída por la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz y movida por su amor a la Virgen María, entró en el Carmelo de El Escorial el 12 de octubre de 1919.

En 1924 fundó un Monasterio de Carmelitas Descalzas en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la Península Ibérica, junto al monumento al Corazón de Jesús, como lugar de oración e inmolación para la Iglesia y para España.

Durante la persecución religiosa Madre Maravillas brilló con su espíritu de reparación, su fuerza, serenidad y confianza en el Señor. En señal de fidelidad a Santa Teresa procedió a la fundación de otros diez conventos carmelitas, recuperando los lugares tradicionales de S. Teresa y S. Juan. Priora durante muchos años, formó a sus hermanas con el testimonio de sus virtudes y se distinguió por su vida mística, ardor apostólico y bondad combinada con firmeza hacia quienes la consideraban una verdadera madre. Murió en el Carmelo de La Aldehuela el 11 de diciembre de 1974, pronunciando las siguientes palabras: "¡Qué alegría morir como carmelita!".

La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 10 de mayo de 1998. La solemne ceremonia de canonización el 4 de mayo de 2003.